¿Y esto de qué va?

Este es un blog donde iré escribiendo todos aquellos poemas mios, los que tengo y los que se me ocurran, así como algunos de mis poetas favoritos.

jueves, 13 de junio de 2013

Mi dulce tortura

Nunca imaginé esto. Tan pronto estoy arriba como me desplomó de rabia y de impotencia. Nunca creí que pudiera sentirlo de nuevo. De nuevo ese dolor pero esta vez mucho más intenso que nunca. El dolor de perder a alguien pero especialmente el dolor al ser consciente de que cada vez estás más lejos y no puedo retenerte a mi lado. No puedo hacerlo porque te amo demasiado, por eso solo puede resignarme y esperar a que te alejes del todo o aferrarme con todas mis fuerzas a ti hasta que ya no puedas más, hasta que todo sea insostenible. ¿Acaso no lo es ya?. ¿Acaso todavía hay esperanzas?. Esto va de mal en peor y lo peor es que tu eres mi dulce tortura, tan pronto me añoras y me abrazas como me demuestras tu más absoluta pasividad e incluso llegas a ignorarme. Y eso duele más que cualquier cosa y solo me hace plantearme una y otra si de verdad aún me quieres. Ha pasado tanto tiempo desde aquel primer beso, tantas discusiones desde entonces han hecho mella en nuestro amor, tanto rencor,...Soy tan dependiente de ti y de lo nuestro. A veces bipolar, tan pronto dulce y tierna y de pronto venenosa y egoísta. He sufrido tanto que merezco ser feliz pero tal vez tú has sufrido aún más y merezcas a alguien mejor que yo. No lo sé el tiempo lo dirá todo

sábado, 16 de febrero de 2013

y aquella rosa escondía un te quiero

Y aquella rosa escondía un te quiero. Recuerdo que fue una noche mágica como no había habido otra en mucho tiempo. Fue especial. Sonará tal vez estúpido pero fue demasiado perfecta. O tal vez es porque estabas tú conmigo. No lo sé. Era 14 de febrero, hasta el día ya solo con nombrarlo sonaba mágico.
Paseamos cogidos de la mano a pesar de que no eramos novios, mezclándonos con otras parejas. Tú me gustabas y cuánto. Fueron días de comerme demasiado la cabeza. La noche era fría, lógico aún era invierno, 14 de febrero como ya he mencionado. Entonces de repente me besaste, me pediste que cerrara los ojos y pusiste en mis manos una rosa roja. Me emocioné. No me salían las palabras. Nunca una noche había sido tan especial. Nunca antes nadie me había regalado una rosa. En aquel momento no relacioné los hechos. No fui consciente de que aquella rosa escondía un te quiero. Aquel día empezó nuestra historia. Nuestro mágico cuento.